Siempre se dice que el elector peruano es emocional y que se deja seducir por las ofertas de campaña. En el caso de las personas que viven en las zonas rurales de nuestro país más que ser emocionales o no, es claro que los medios de comunicación que hacen que los planes estén ‘a solo un clic’ están mucho menos difundidos que en las zonas urbanas. Esto coincide, por cierto, con otras brechas sociales y económicas que señalan que las zonas rurales concentran la actividad agropecuaria y que la pobreza en nuestro país se circunscribe en gran medida en dicha actividad. Aquí analizaremos brevemente si algunos aspectos clave de la problemática agropecuaria están siendo abordados por los mencionados planes de gobierno, que no por ser poco leídos deberían quedarse en un saludo a la bandera. Creemos indispensable fijarnos al menos en las ideas sobre el manejo del recurso hídrico, financiamiento, propiedad de la tierra, capacidades técnicas de los agricultores y la asociatividad.
Respecto del agua coinciden tiendas políticas muy diferentes entre sí. Por ejemplo, el Frente Amplio nos dice que relanzará el Fondo Mi Riego; Fuerza Popular señala la construcción de 1000 micro y medianos reservorios; Peruanos por el Kambio coincide con los micro reservorios pero desde una propuesta de obras dedicadas a la «cosecha de agua». Alianza Popular propone reservorios y proyectos de irrigación y, por su parte, Acción Popular propone textualmente «mejorar los proyectos que permitan proveer de agua a mas sectores agrícolas»; sin embargo, en este Plan de Gobierno llama la atención que quien ostenta el símbolo de la lampa, sólo tenga un escueto texto dedicado a la agricultura ubicado en la página 17. Sorprende en la medida que el candidato Barnechea en sus apariciones y declaraciones públicas sí aborda el tema. Al parecer su «discurso agrario» ha ido fabricándose a medida que ha venido consolidando algunas preferencias en el electorado.
Otro tema vital para el desarrollo agrario es la disponibilidad de financiamiento. Manteniendo el mismo orden de análisis anterior, el Frente Amplio nos dice que incrementará el capital bancario agropecuario; Fuerza Popular señala lo mismo pero incide en redirigir sus colocaciones para el desarrollo de la agricultura campesina familiar y la pequeña agricultura comercial. Sin duda suena muy bien, pero como medida aislada corre el riesgo de convertirse en un subsidio con fines proselitistas. En esta escala de producción habría que ocuparse, paralelamente, de aspectos como regularizar la propiedad de la tierra. PPK buscaría incrementar la disponibilidad de crédito agrario e incluso propone un fondo de garantía de seguro agrario de hasta 100 millones de soles. Alianza Popular coincide con los anteriores pero propone la «promoción de financiamiento especializado», sin definir específicamente a qué se refiere.
La propiedad de la tierra y la titulación de los predios agrícolas son una deuda pendiente en especial para la sierra, así como para la Amazonía peruana. En ese aspecto, el Frente Amplio propone la «aprobación de una nueva Ley de Tierras que fija límites a la concentración de la propiedad de la tierra en corporaciones empresariales y personas naturales», e incluso propone gravar con más impuestos a quienes concentren mayor cantidad de hectáreas. El reto aquí sería no afectar el volumen de exportaciones agrícolas provenientes de la agroindustria, que por ahora sólo los grandes fundos agrícolas pueden proveer. Si bien es cierto que mucho del empleo en este sector es temporal, también podemos asociar en algún grado la mejora de las condiciones económicas de algunas regiones por el crecimiento de la agroindustria en el país. Fuerza Popular no nos habla de la titulación agraria específicamente, pero sí señala que se titularán las tierras de la Amazonía para que puedan gestionarse créditos productivos en especial para las comunidades nativas, sin embargo su sustento muestra desconocimiento de la realidad de las propiedades comunales, ya que estas no pueden ser enajenadas, por lo tanto actualmente, ninguna financiera privada las acepta como garantía. PPK apunta a una «Titulación masiva de predios rurales de pequeños y medianos agricultores a través del programa Propietario Firme». Alianza Popular señala explícitamente, «Concluir con la titulación de los derechos de propiedad de las tierras…», aunque en su diagnóstico no nos señala cuántas hectáreas son ni por qué no se han titulado con anterioridad, por lo que no se establecen los costos ni tampoco se puede asegurar el cumplimiento de este ofrecimiento. Todos los candidatos sin excepción ofrecen capacitación técnica a los agricultores para mejorar la productividad, lo que varía son las formas y mecanismos, pero en el fondo sigue siendo lo mismo, lo cual nos demuestra que existe consenso en capacitar a los agricultores y brindarles asistencia técnica.
En lo que respecta al fomento de la asociatividad de los agricultores; Fuerza Popular no la señala como parte de su estrategia para impulsar al agro, aunque sí para ser sujetos de crédito; el Frente Amplio, no nos dice cuál sería el rol que estas cumplirían en el desarrollo agrario; PPK las hace sujetos de beneficios en capacitación, y Alianza Popular las hace sujetos de crédito y les otorga espacios de participación en la investigación agraria, esto último es necesario, pero muy venido a menos en las últimas décadas a pesar de los múltiples ofrecimientos.
En conclusión, existen muchas coincidencias en lo que se quiere hacer en favor del agro y los agricultores, pero no siempre hay coincidencias técnicas y políticas en lo que se puede hacer. Mientras que todos han evidenciado sus aspiraciones, pocos pueden brindar sustento técnico a todos sus ofrecimientos. Los planes de gobiernos se beneficiarían de informarse mejor de la realidad del sector, y los electores de las zonas rurales deberían informarse con urgencia sobre cómo –si acaso– los candidatos y candidatas plasman sus ideas, planes y sueños.
desco Opina – Regional / 18 de marzo de 2016
Programa Regional Centro
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