El foro se realizó el 17 de julio en la Facultad de Ciencias Histórico Sociales de la Universidad Nacional San Agustín. La exposición estuvo a cargo del congresista Manuel Dammert y los comentarios a cargo de Carlos Gordillo, Especialista en proyectos energéticos; José Carlos Cuentas, Representante de Foro Sur 21; y Henry Porras, Representante de la Federación de Trabajadores de Arequipa.
Conclusiones:
- El gas natural es un recurso estratégico que se constituye en la más grande oportunidad para el desarrollo del país, no sólo por el abaratamiento de la energía, del consumo doméstico y transporte, sino también para la diversificación de la economía a través de la industria petroquímica.
- Actualmente, el 53% del gas natural se exporta, el 11% se destina a la industria, 30% a la generación de energía, 6% al transporte y sólo un 0.8% al consumo doméstico. Cabe recordar que la construcción del gaseoducto que desemboca en la costa central lo financiamos todos los peruanos con un aporte especial en nuestros recibos de luz, bajo la promesa de que la explotación del gas de Camisea sería para beneficio directo de la población, y hasta el momento sólo ha beneficiado a 200,000 familias limeñas, mientras el resto de peruanos seguimos usando GLP que se paga a precio internacional del petróleo.
- Se ha probado (y lo demuestra el fallo favorable al Estado peruano del CIADI), que la empresa monopólica concesionaria del gas de Camisea ha venido incumpliendo sistemáticamente el contrato y revendiendo el gas destinado a exportación y pagando regalías con el precio más bajo (US$ 4 – México), cuando el contrato estipula claramente que se debe pagar regalías en base al precio del destino final (US$ 17 – Japón), creando un grave perjuicio económico al Estado peruano, cuyo actual gobierno se niega (sospechosamente) a reclamar. Esto de por sí ya constituye causal de nulidad del contrato y la posibilidad de renegociar nuevas y más favorables condiciones, tal como lo ha conseguido el gobierno boliviano.
- La condición monopólica de este contrato ha limitado la capacidad del Estado peruano de incentivar la competencia en la exploración, lo cual nos tiene actualmente en la incertidumbre de saber si existen reservas probadas de gas suficiente como para garantizar proyectos mayores como la industria petroquímica. Se proyecta que el Perú sí tiene grandes reservas probables, pero no se podrá confirmar estas reservas hasta que se invierta en exploración, algo que al consorcio monopólico no le conviene, evidentemente.
- El gaseoducto Sur Peruano (cuya construcción está en curso) sólo considera el ducto de gas que servirá directamente para el nodo energético, y no contempla el ducto de líquidos que sería necesario para la industria petroquímica. El avance de este modelo de gaseoducto no sólo aleja la posibilidad del polo petroquímico sino que parece estar diseñado explícitamente para exportar la energía eléctrica sobrante a Chile.
- Arequipa, Moquegua y todo el Sur del Perú deben unir fuerzas para impulsar el proyecto petroquímico porque su impacto dinamizaría no sólo la economía regional del sur, sino la del país entero. Autoridades regional, locales y la sociedad civil organizada debemos unirnos para exigir al gobierno la modificación del proyecto del Gaseoducto y el impulso del proyecto Petroquímica. Debemos empezar por incluir este tema en la próxima agenda electoral y exigir a nuestros futuros representantes una posición clara al respecto, para decidir nuestro voto.