- 75% del maíz y soya es destinada a la alimentación a gran escala de pollos y cerdos.
Lima, octubre de 2020.- En el marco de la campaña nacional, La Biodiversidad es Nuestra Identidad, Unidos por un Perú Libre de Transgénicos, el Consorcio Agroecológico Peruano realizó el conversatorio “Agricultura y Biotecnología Moderna: ¿Sostenibilidad o dependencia?”, con la finalidad de exponer evidencia que aporte en el debate sobre la importancia de la ampliación de la moratoria al ingreso de cultivos transgénicos al territorio peruano.
En el evento participó como primera expositora la Dra. Georgina Catacora-Vargas, docente e investigadora asociada de la Unidad Académica Campesina “Tiahuanacu de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” quien expuso una investigación publicada en la revista académica New Phytologist y que fue realizada en China, centro de origen del arroz, en el que tras cruzar arroz genéticamente modificado con variedades silvestres, el resultado evidenció mayor capacidad invasiva a las variedades silvestres.
“Este estudio, si bien no se realizó en un país megadiverso como el Perú, tiene mucha relevancia porque es uno de los pocos experimentos que se realizó en un centro de origen y muestra que los centros de origen y sus variedades silvestres son ampliamente afectadas, lo que puede generar que se sobrepongan variedades genéticamente modificadas, creando una posible erosión genética de variedades silvestres y nativas”, advirtió.
“La dispersión de los genes a través de las semillas es algo que siempre ha sucedido”, recalca. Sin embargo, esto es particularmente más peligroso porque, según un estudio científico realizado en México y publicado en 2017 por la revista Ecology and Evolution, muestra que mientras más interrelación y mayor complejidad socio-ecológica exista, hay mayor dispersión de material genéticamente modificado. “El flujo genético se debe tomar en cuenta, especialmente, en regiones megadiversas”. Perú es uno de los 17 países megadiversos del mundo.
Por otro lado, la Dra. Catacora-Vargas compartió un estudio publicado en la revista académica Agriculture and Human Values que consistió en la revisión de 450 artículos científicos que hablan sobre cuestiones socio-económicas relacionadas a los organismos genéticamente modificados. Tras la revisión de la literatura académica se encontró que la información empírica (datos directamente de campo y a partir de experiencias reales) era mínima. “La mayoría son datos econométricos, siendo supuestos y proyecciones sin pruebas empíricas”, concluyó.
Asimismo, se contó con la participación de la doctora en Ecología de microorganismos, Elizabeth Bravo, investigadora y docente de la Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador. Ella resaltó que pese a todas las promesas de los promotores de transgénicos sobre “erradicar el hambre en la tierra con productos transgénicos”, la realidad es que en el mundo solo existen cuatro cultivos transgénicos posicionados: soya (50%), maíz (30.7%), algodón (13%) y canola (5.3%), con 1% de otros cultivos como papaya, papa, berenjena, etc.
Asimismo, mencionó que solo existen dos características de los cultivos transgénicos posicionados a nivel mundial: la resistencia a herbicidas y a insectos. “Ahora la mayoría de transgénicos tienen ambas características”. Solo el 12% de cultivos tienen resistencia solo a insectos. “Los transgénicos forman parte del paquete tecnológico de los herbicidas y son las mismas empresas las que venden las semillas y los herbicidas. El negocio es vender herbicidas”.
Sobre la biodiversidad de nuestra región, mencionó que “América del Sur es centro de domesticación y, por lo tanto, una región muy importante de origen de cultivos. Entre ellos, se encuentra el maíz con una gran relevancia cultural. Los dos centros más importantes de domesticación del maíz son México y Perú”.
“El maíz es una especie de polinización abierta y su polen puede permanecer viable hasta 24 horas. Con vientos moderados y lentos puede llegar a dispersarse a 60 metros y con vientos fuertes puede llegar hasta 180 km de distancia. Y también existe la polinización cruzada a través de insectos que pueden llevar el polen a varios km. La introducción del maíz transgénico, por ende, pone en grave peligro las variedades nativas y criollas de maíz en el Perú”, resaltó.
Finalmente, la Dra. Bravo concluyó que los lugares más deforestados de América de Sur, según un estudio realizado en 2018, son aquellos en donde ha habido mayor expansión de monocultivos. Señala que la soya transgénica ha sido la fuerza desencadenante de la deforestación y, por lo tanto, de cambio climático. “Y, ¿quién consume los cultivos transgénicos? El 75% de la soya y maíz transgénicos es destinado a la alimentación de la industria avícola y porcícola a gran escala”.
En la tercera ponencia, el investigador y docente peruano en bioseguridad y recursos genéticos, Santiago Pastor-Soplín resaltó que la pregunta es si es o no pertinente el modelo de cultivos transgénicos. “Tenemos una tendencia a tener una visión antropocéntrica y que todo debe estar al servicio del hombre. El incremento de las áreas productivas se ejecuta en base al sacrificio de bosques y se generan cadenas de valor perniciosas perjudicando la biodiversidad”.
El modelo productivo asociado a los OVM (Organismos Vivos Modificados) está basado en agricultura intensiva que genera “desiertos verdes”, bosques deforestados en los que se pierden especies importantes. “Si uno permite el avance de este modelo, será a costa de la Amazonía, y esto lo tienen claro quienes quieren implantarlo”, aseveró. “Necesitan tierra”.
Pero no todo es defensa, también hay propuestas: “Es indispensable ampliar la perspectiva del cultivo a la “cadena de valor”, rescata Pastor-Soplín. “Tenemos la oportunidad de mejorar la perspectiva productiva y de ganar valor agregado en determinados procesos, como el cacao”. También resaltó lo sistema agroforestales para la introducción del bosque en las chacras.
Sobre las condiciones en las que se encuentra la implementación de la ley de moratoria vigente, el investigador comenta que de las 14 líneas de base planteadas, solo hay dos en la actualidad: maíz y papa; todas las demás se encuentran inconclusas.
Además, solo se cuenta con un laboratorio implementado en el país. “Sobre la capacidad regulatoria, solo un sector de los tres planteados al inicio de la moratoria ha trabajo en este punto”. Actualmente, el Perú cuenta con cultivos transgénicos ilegales en el bajo Piura y no existe una propuesta de remediación hasta el momento. “Si no hay ni siquiera capacidad de gestión para remediar la liberación involuntaria e ilegal de semillas transgénicas, imaginémonos en un ambiente de competencia”, sentenció.
Finalmente, Celfia Obregón, directora ejecutiva del CITE Papa y otros cultivos andinos expuso datos importantes para el análisis del modelo de agricultura que se maneja en el país. “En Perú, tenemos 2.2 millones de productores, siendo el 79% pequeños agricultores con menos de 5 hectáreas”. Sin embargo, señaló que el 1% de productores pertenecientes a grandes empresas, maneja el 77% de la superficie total de área cultivada del Perú, y que principalmente está destinado a la agroexportación”.
El 6% del área destinada a la producción agrícola pertenece a los pequeños productores, quienes son los que abastecen al mercado interno, es decir, quienes ponen los productos del campo en la mesa de los peruanos. “Estos datos son los que tenemos que evaluar para elaborar políticas agrarias”, agregó.
La ingeniera agrónoma recalca que la pequeña agricultura es diversificada y permite que el mercado interno peruano cuente con diferentes alimentos como las legumbres, tubérculos, frutos nativos, silvestres, etc. “En nuestro territorio existen más de 150 especies silvestres de papa que son un banco genético. Tenemos todas las líneas de maíces, etc.”. Esta diversidad no es afín a los monocultivos transgénicos.
Entre sus conclusiones, Celfia menciona que se debe fomentar la ciencia y promover estímulos a la innovación en universidades e institutos públicos y privados del Perú con una visión de inclusión y sostenibilidad. “Debemos revalorar e incorporar el conocimiento ancestral”.
Finalmente, también se contó con la destacada participación de Dino Delgado Gutiérrez, director ejecutivo de la Secretaría para las Solicitudes sobre Asuntos de Cumplimiento Ambiental del Acuerdo de Promoción Comercial Perú-Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos, OEA, como moderador del conversatorio.
El Dato
Para más información sobre la campaña, visite la web http://consorcioagroecologico.pe/ o la página de Facebook del Consorcio Agroecológico Peruano.
Sobre el Consorcio Agroecológico Peruano – CAP
El Consorcio Agroecológico Peruano nació en 2005, y en 2009 se constituyó formalmente. Es una organización de la sociedad civil de carácter plural; una instancia de diálogo, coordinación, incidencia y fortalecimiento de capacidades de productores, consumidores, redes de ONG, cocineros, académicos y otros sectores del movimiento agroecológico peruano.
El Consorcio Agroecológico Peruano está conformado por los siguientes miembros: la Red de Agricultura Ecológica (RAE Perú), la Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA), la Asociación de Productores Ecológicos del Perú (ANPE Perú), la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), la Red de BioMercados, Slow Food en Perú, Alsakuy Agroecológica y Coordinadora Rural. Además tiene como aliado a IFOAM Organics International.